sábado, 1 de febrero de 2014

8

Hoy me he levantado tarde. Es sábado y no he tenido que ir a trabajar. No me he cambiado, sigo con el pijama y he decidido irme a buscar ofertas en Internet. Necesito encontrar alguna persona que me deje un préstamo de cien mil euros, aunque parece que la cosa está mal. El juez impuso solo una fianza de noventa mil, pero lo otro no me vendría mal para gastos. A la vez, estoy buscando un abogado -no creo que lo pueda sacar sin más, habrá que presentar algunos papeles-. No encontré nada. Salí por la calle para pegar algunos panfletos en las esquinas y en las tiendas, con suerte unas cuantas personas lo leerían y podrían ayudarme -o por lo menos eso pensaba-. Volví a mi casa con la esperanza de que hubiera un mensaje en el contestador, aunque la esperanza se desvaneció enseguida. Me volví a conectar a Internet para seguir navegando y de repente ¡tin! tienes un nuevo e-mail. Yo, como un maniático, me conecte a mi correo. Solamente tenía uno. El asunto era: DINERO. Decía lo siguiente.

        -Hola, me presento. Mi nombre es Julian Díaz. He estado investigando tu caso y he decidido que sería una buena idea invertir en una persona. No te creas todo lo que hayas escuchado de mí, soy una persona honrada que gana su dinero de forma similar que los demás, trabajando duro. Si usted lo desea, podemos quedar a charlar en mi casa para ver que debo de hacer. Espero que esta noticia sea de su agrado.

         Que tenga un buen día.                                                                     Julian Díaz.

Yo todavía no me creía lo que estaba ocurriendo -o lo que estaba a punto de pasar, lo podías mirar de dos maneras-. Yo le respondí que cuando quisiera podíamos reunirnos. Todavía no he recibido respuesta. Espero que no fuera una broma de mal gusto.

CONTINUARÁ.

#ellobodelanoche
        

viernes, 31 de enero de 2014

7

Al día siguiente me levanté y continué con la rutina. Pero está vez no fue como siempre. Mi padre parecía bastante "contento". Me deseo buen día en el trabajo y todo. Como es normal, yo le pregunte que si le ocurría algo, pero el negó rotundamente. Continué mi camino y me dirigí al trabajo. Estuve buscando una solución durante todo el día en la cabeza, ¡incluso no fui a comer! Después, antes de pasar por mi casa me escaquee a un bar cercano, para desahogar un poco las penas. Cuando entré me empezaron a dar voces. ¡Borracho! ¡Ladrón! decían, o por lo menos eso escuchaban mis orejas. Yo tuve que responder:

-¡Qué pasa! ¿Eh? ¿No tenéis narices de decírmelo a la cara?

Nadie respondió. Yo continué como si anteriormente no hubiera escuchado nada y me dirigí a la barra. ¡Camarero! Un café irlandés, dije. No me hizo caso. ¡Camarero!

-¡¿Qué Quieres?!

-Un café irlandés por favor.

-Aquí no servimos alcohol.

-¿Y la gente que esta bebiendo cerveza?

-¡Ups! Me equivoqué. Quería decir que a la familia Jiménez lo la servimos alcohol.

-¿Y eso? -le contesté con bastante reproche.

-Porque tu hermano David tenía una deuda de mas de dos cientos euros y aún sigo esperando a que me pague, pero con eso de que está en la cárcel para que va a tardar. Si quieres priva, me pagas la deuda.

-Pues nada. Más vas a perder tú.

Me volví a mi casa y me quedé viendo la tele hasta que me quede dormido.

CONTINUARÁ

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jueves, 30 de enero de 2014

6

Al día siguiente me levante. Parecía que me había quedado traspuesto la noche anterior en la cama. Todavía estaba todo muy confuso. Me levante, fui a la ducha y después bajé como era habitual a desayunar a la cocina, pero esta vez no fue como el día anterior. Mi padre ya se encontraba en la mesa y había preparado el desayuno, pero se había adelantado y ya había tomado su desayuno de tostadas con mermelada de fresa. Yo me senté. No nos dirigimos la palabra durante el tiempo que estuvimos en la mesa. Cuando me levanté para irme a trabajar. Me dijo que en que celda le habían llevado. Yo le ne ge con la cabeza y le contesté que todavía no sabía nada. Después me fui dando un portazo y esperando que con él se quedaran todas las cosas encerradas en la casa. El día en el trabajo no fue muy bien. Unos trabajadores, mejor dicho unos ex-trabajadores fueron a quejarse al jefe para reclamar que fueran re contratados. Este dijo que no, y se formo un revuelo... Después volví a casa y me encontré a mi padre donde le había dejado por la mañana, en la mesa del desayuno. Nada más sentirme me dijo:

-¿Has averiguado algo?

-No, todavía nada.

-Vale, pues me voy a quedar aquí un rato.

-¿Seguro qué estás bien? -le pregunté intrigado.

-Si hijo, tu vete a lo que vayas a hacer y despreocúpate de mí.

-Esta bien. Hasta mañana.

Espere unos segundos en suspense su respuesta me no dijo ninguna palabra. Yo subí a la habitación, me preparé, me metí en la cama y me quedé dormido.

CONTINUARÁ

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5

Ahora lo único que me entraba en la cabeza era una única cuestión ¿cómo se lo iba a contar a mi padre? Si se lo decía de forma brusca le podía dar algo o peor ¡morir! y si le decía cualquier mentira no se lo creería tan fácilmente. Tendría que buscar una buena escusa. Al llegar a la puerta de mi casa vi a padre que estaba sentado en el escalón de la puerta principal. Parecía que envejecía por momentos, pues cada día que lo veía tenía más arrugas y canas. Me bajé del coche de forma silenciosa, aunque sabía que se iba a enterar de que ocurría algo. Al llegar a su altura me agarró la pierna desde el suelo y me dijo que dónde estaba mi hermano David. Yo le dije amablemente que se había apuntado a un torneo de tenis que había en la localidad. Él me contesto:

- Jonathan, sabes que no me vas a engañar. Me lo han contado todo.

-¿Quiénes?

-No te puedo responder, pero te aseguro que lo que me decían era verdad. ¿Está..... tu hermano en la cárcel?

Yo bajé la cabeza pero el me volvió a preguntar y no me dejaba marchar. Yo le asentí con la cabeza y le dije que había hecho todo lo posible para que no ocurriera, pero que así fue. En ese momento pude ver como se le iba yendo la fuerza de la mano. Débilmente me dejó ir y empezó a llorar. Yo me metí en mi casa, subí hasta mi habitación y me tumbé encima de mi cama para poder continuar con mis pensamientos. Solamente quería que todo esto pasara rápidamente. Entonces cerré los ojos y me dejé llevar por mis sentimientos.

CONTINUARÁ

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ESPECIAL

Hoy voy a subir 2 capítulos. Uno a las 21:00 y el otro a la hora habitual (5 y 6). Y os diréis ¿porqué 2? Porque hoy es "San Juernes" y mañana no tengo clase y decido escribir 2. Mañana continuará como siempre, subiré únicamente el de las 22:00. ¡Qué paséis un buen fin de semana!

miércoles, 29 de enero de 2014

4

Bueno, estoy soy yo y mis pensamientos una vez más. Estoy sentado en un banco de madera suiza esperando para entrar al juzgado -tanta prisa para nada- y ya sabéis, para no aburrirme estoy aquí jugando con myPad. Sólo un punto más....

-Jonathan Jiménez, acuda a la sala nº 4.

Bueno, aquí está la hora de la verdad. Espero que le declaren loco o algo al estúpido de mi hermano o si no, cuándo encuentre a mi padre y se lo cuente se le parte el alma. Primero empezó hablando el juez.

-Tiene algo que declarar o ¿podemos pasar ya al dictamen?

-Pues si, quería decirle que no sea muy duro, mi hermano esta pasando una mala racha pues lo ha dejado con su futura esposa -estaba prometido con Mari Ángeles, una buena persona de nuestra comunidad- y además tiene el sueño cambiado y no es como era antes. El otro día le multaron por ir rápido con el coche -todo esto me lo estaba inventado, pero vamos, lo estaba contando con tal voz que la gente de la sala estaba a punto de llorar- y.... entre tú y yo, no esta muy bien de la cabeza desde pequeño.

De repente ¿pum! lo único que escuche fue acusado y 18 meses en prisión. No me lo estaba creyendo ¿Qué iba a hacer ahora en mi casa? Si con mi padre no me hablo mucho y el ese uno de mis únicos amigos ¿qué voy a hacer? ¡Ya sé!

-Espere señoría. Quiero pedir un indulto por demencia transitoria.

-El indulto no es aceptado. Que se lo hubiera pensado antes de ir con el coche "como loco" -se empezó a reír el juez-.

Ahora me estaba preparando para contarle a mi hermano lo sucedido y lo que le iba a ocurrir.

-David, solo quiero decir que te quiero.

-¡Pero!

No le dio tiempo a terminar la frase cuando ya le habían cogido unos policías por los brazos.

CONTINUARÁ

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martes, 28 de enero de 2014

3

-Buenos días, ahí puede ver a su hermano. Le damos cinco minutos y después tendrá que venir con nosotros a declarar ante el juez.
-¿Con el juez? Bueno, da igual, primero voy a lo prioritario y ahora me voy con ustedes.

Me acerqué a mi hermano, que se encontraba con una cara pálida -como cuando aplastas un higo y sale una especie de leche- y con un calefactor al lado, pues no podían conseguir ropa de su talla. Me acerqué a su oído y le pregunte qué le había ocurrido. El, inmediatamente, empezó a llorar -le caían unos lagrimones que eran por lo menos 3/4 la uña del pulgar. Yo le dije que se tranquilizase, porque estaba llamando mucho la atención para lo que seguro que había sido un mal entendido. Rápidamente dejó de sollozar durante unos segundos, me dijo que me acercará a su oreja y que le contara todo lo que me habían dicho:

-A mí me han llamado hoy de madrugada contándome que te habían encontrado sin nada de ropa, junto con un cuchillo o un derivante suyo  y que habías empotrado el coche que tanto le costó pagarle a mamá cuando estaba viva -es verdad, ya lo estaba pasando por alto. Mi madre Carmen, con la edad de 42 años se murió de un cáncer de pulmón. Los médicos dieron todo por ella, pero su muerte era inevitable- y nada más, que me acercará aquí urgentemente.

-Pues todo eso que te han contado era mentira. A mi me llamaron los del bar diciendo que llevaba desde altas horas de noche bebiendo, iba con el coche de camino a recoger a papá y de repente ¡pum! no recuerdo nada de lo sucedido. Al despertar cogí un cuchillo que llevaba en la guantera para situaciones como esta y ya no tenía la ropa. Todavía estaba un poco mareado, pero decidí salir del coche para ver donde me encontraba y de repente me cogieron unos policías por los brazos y ¡zas! aquí me encuentro charlando contigo.

-Yo te juro que voy a intentar todo lo posible para...

-Jonathan Jiménez -grito una voz extraña- acuda al juzgado de inmediato.

-Bueno David, me tengo que ir luego te contaré.

CONTINUARÁ

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lunes, 27 de enero de 2014

2

-Nos hemos encontrado a su hermano desnudo y desorientado. A la vez llevaba un arma blanca en la mano.
-¿Con qué se está refiriendo diciendo "arma blanca".
-Pues un arma blanca se caracteriza por su capacidad de cortar, herir o punzar haciendo bastante esfuerzo.
-Vale y por cierto..... ¿no se encontraba nadie más con él?
-No, sólo se hallaba él en un coche empotrado contra un pino de grandes puntos situado al norte de la ciudad.
-Vale. En un segundo me encuentro allí con ustedes. Adiós.

Dejé caer el teléfono suavemente escuchando la voz del policía. Estaba pensando en dos cosas a la vez: qué se la habrá pasado a mi hermano por la cabeza para encontrase así y donde narices se encuentra mi padre. Después de una duchita rápida de unos 10 min y cogí el coche de mi padre para ir a el cuartelillo. Me fui por un camino por el que no había pasado nunca antes -pues cuando pasaba mi hermano las noches allí iba mi padre a recogerle-. Había grandes encinas por los lados de la carretera -por cierto, esta muy mal, solamente había baches y grietas durante la duración de esta- y estás parecían que podían llegar a tocar el cielo. También nos podíamos encontrar con extraños animales nunca vistos -por lo menos con mis ojos- comiéndose un ciervo que parecía haber sido la causa por la que os estoy contando todo esto -estoy en un atasco en esta carretera cochambrosa porque un camión se ha llevado por delante un animal bastante grande para lo común. Ya después de estar una hora retenidos, me puede abrir camino para llegar hasta mi destino, el cuartelillo, donde se encontraba mi hermano y su coche siniestro total. Antes de llegar, me paró un hombre con voz grave y de alta estatura. ¡Pero qué! Si era Gustavo, mi compañero de la autoescuela. Me preguntó que si era familiar de la persona que había dejado así el coche. Yo le asentí con la cabeza y el me dijo: "Pa´aberse matado". Me dijo que si quería restaurarle y yo le dije que podía hacer con él lo que quisiera, como si se le quería quedar para él, pues con el precio que me ofrecía podía comprar uno nuevo. Y zanjado ese asunto me dirigí a la comisaría y por el camino iba pensando que iba a ser de mi hermano. Pues la última vez me dijo mi padre que como le pillarán una vez más no se iba a librar de unos meses en prisión. Y allí estaba yo, di un paso, empujé la puerta y entré. Al verme los policías se levantaron y me dieron los buenos días.

CONTINUARÁ.

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domingo, 26 de enero de 2014

1

Todo comenzó una pacifica noche de invierno de 1990. Yo estaba sentado -como de costumbre- con mi hermano David para ver un programa que retransmitían por la televisión pública, aunque hoy deducía que le ocurría algo a mi hermano. No se estaba tranquilo como habitualmente con su leche y galletas, si no que no hacia ni mero caso a la televisión y andaba dando vueltas en circulo alrededor mía. Tenia los ojos rojos,
como si hubiera dormido poco -algo muy habitual en él- aunque últimamente más de lo normal. Llegaba a las tantas a casa y yo siempre le tenía que encubrir las espaldas, diciendo que había tenia que irse fuera porque el baño estaba ocupado. Dejé de darle importancia, pero esto fue durante poco tiempo, pues cada vez estaba más obsesionado con la idea de un país próspero y con mejores servicios públicos. Él es agradable, pero de vez en cuando se le puede ir un poquito la mano con el alcohol -cosa que a mí me preocupaba- y estuvo encerrado 1 mes en el calabozo de la Guardia Civil por robar el coche del vecino -cosas que ocurren normalmente en estos barrios-. Pero como antes comentaba, últimamente era más que eso. Se desvela por la noches, busca dinero en la cajones... Al día siguiente me levante temprano, pues debía de hacer un examen de acceso en la universidad -pocos pueden permitirse ese lujo- y me asomé a la habitación de mi hermano y el no se encontraba en ella. Pensé que se podía haber bajado a la cocina a desayunar, pero allí no estaba, y su Ford rojo granate tampoco se encontraba en el garaje. Fui a avisar a mi padre de que mi hermano no se encontraba en posición conocida, pero para mi sorpresa ¡mi padre tampoco se hallaba en el domicilio! Esto ya me estaba empezando a poner nervioso. Primero, mi hermano no está y su coche tampoco. Segundo, mi padre no está pero si que se puede encontrar su coche en el garaje. Que narices estará pasando. Tmbrrr..Tmbrrr. El teléfono, ¿quién llamará a estas horas?

-Buenos días, soy Juan Diez, de la comisaria de Oxford, ¿con quién tengo el gusto de hablar?
-Está hablando con el hijo de Rodolfo Jiménez, Jonathan Jiménez.
-Bien le llamaba para contarle...... como decirle esto.....

CONTINUARÁ

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