domingo, 26 de enero de 2014

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Todo comenzó una pacifica noche de invierno de 1990. Yo estaba sentado -como de costumbre- con mi hermano David para ver un programa que retransmitían por la televisión pública, aunque hoy deducía que le ocurría algo a mi hermano. No se estaba tranquilo como habitualmente con su leche y galletas, si no que no hacia ni mero caso a la televisión y andaba dando vueltas en circulo alrededor mía. Tenia los ojos rojos,
como si hubiera dormido poco -algo muy habitual en él- aunque últimamente más de lo normal. Llegaba a las tantas a casa y yo siempre le tenía que encubrir las espaldas, diciendo que había tenia que irse fuera porque el baño estaba ocupado. Dejé de darle importancia, pero esto fue durante poco tiempo, pues cada vez estaba más obsesionado con la idea de un país próspero y con mejores servicios públicos. Él es agradable, pero de vez en cuando se le puede ir un poquito la mano con el alcohol -cosa que a mí me preocupaba- y estuvo encerrado 1 mes en el calabozo de la Guardia Civil por robar el coche del vecino -cosas que ocurren normalmente en estos barrios-. Pero como antes comentaba, últimamente era más que eso. Se desvela por la noches, busca dinero en la cajones... Al día siguiente me levante temprano, pues debía de hacer un examen de acceso en la universidad -pocos pueden permitirse ese lujo- y me asomé a la habitación de mi hermano y el no se encontraba en ella. Pensé que se podía haber bajado a la cocina a desayunar, pero allí no estaba, y su Ford rojo granate tampoco se encontraba en el garaje. Fui a avisar a mi padre de que mi hermano no se encontraba en posición conocida, pero para mi sorpresa ¡mi padre tampoco se hallaba en el domicilio! Esto ya me estaba empezando a poner nervioso. Primero, mi hermano no está y su coche tampoco. Segundo, mi padre no está pero si que se puede encontrar su coche en el garaje. Que narices estará pasando. Tmbrrr..Tmbrrr. El teléfono, ¿quién llamará a estas horas?

-Buenos días, soy Juan Diez, de la comisaria de Oxford, ¿con quién tengo el gusto de hablar?
-Está hablando con el hijo de Rodolfo Jiménez, Jonathan Jiménez.
-Bien le llamaba para contarle...... como decirle esto.....

CONTINUARÁ

#ellobodelanoche
        

2 comentarios:

@adrianburu dijo...

Podéis escribir vuestras opiniones.

Alfredo Gutiérrez de Torres dijo...

Muy bueno espero que continue me as dejado intrigado